IDENTIDAD CULTURAL
Todos
aquellos elementos que conforman la vida del ser humano, desde lo natural, como
lo artificial (que se transforma desde los utensilios mismos de la naturaleza, pero
que sigue siendo un producto del ser humano] constituyen la identidad cultural;
aquello que no es visible pero que es lo profundo de los hechos que acompañan a
todas las expresiones desprendidas de un patrimonio ideológico, que se enmarca
desde una conjugación social y que se transmite en el lenguaje, y la expresión oral.
Todo
este acervo viene formando el patrimonio cultural, todo aquello material como
inmaterial que nos rodea y que se manifiesta en los tiempos, trascendencia de
las formas de vida y de ver al mundo, que si bien es una herencia valiosa,
también es una responsabilidad grande, porque de ello es el sentido de muchas
de las estructuras [o todas] organizadas, que vienen siendo instituciones de la
sociedad, fundadas en un conjunto de atributos culturales que rigen las
conductas de muchos de nuestros pueblos, regiones, como naciones, tal es el
caso de nuestro Chiapas “diverso” pero impar , porque a fin de los varios
pueblos indios, son todos ellos mesoamericanos, con una justa significación y
representación cosmogónica del mundo, pese a sus particularidades nos enrolamos
bajo un lenguaje descifrable.
Tan
solo basta con situarnos en Chiapas,
para poder observar como sentir, lo colorido de su vida, lo múltiple de sus
lenguas, las muchas representaciones danzantes como telares de su vestido, todo
esto y más es cultura, de aquí que se engloba toda obra material e intelectual
de la humanidad como patrimonio cultural, que identifican colectivamente a los
miembros de un contexto, patrimonio tangible como intangible, espacios que no
son desconocidos en nuestro Estado; y hablar algarabiadamente de ello es
sentirlo como mío, un sentido de pertenencia que es inferido por mis rasgos
culturales, como un “fenómeno que surge de la dialéctica del individuo y la
sociedad” (Berger y Luckman,
1988 pp. 240).
De manera interiorizada acompaña en mí ese pensamiento,
como historia, “acción, tradiciones, costumbres, el ser mismo de los
chiapanecos e incluso el paisaje, las lenguas nativas ancestrales, los modos
regionales de hablar el español y las particularidades de nuestro modo de
pensar, ser y actuar”. Cruz J. (2009 pp. 18) esto que hoy escribo es para mí
una definición convencional de identidad cultural.
En tanto que identidad cultural sea desgarrada por el
tiempo y sus implicaciones, amenazantes para las lenguas como para la forma de
comunicarse con nuestra naturaleza, seguirá siendo en el tiempo mi identidad
cultural, aquella que vi perderse en la sustitución de mi lengua por otra [la
que más beneficio de comunicar tenía]; mas aún no puedo ignorar que en la
historia, el tránsito de muchas de las lenguas que hoy ya no existen, se
encuentran legados en el entender de los tiempos, porque se cuentan en los
relatos orales de los abuelos y así se contaran los que pronto dejaran de
existir y aún serán una identidad desgarrada pero con sus arraigos de
expresión, una identidad cultural que se construyó en el tiempo y en lo
individual.
Este es el caso del uso de la lengua Mocho’, una de las doce
variantes mayenses pero la menor profusamente hablada, la que poco se conoce, la
que no tiene transmisión generacional pero que también tiene la importancia y validez
de todas las que conocemos.
Una lengua que identifica a una minoría pero que aún permanece
en el conocimiento común e intersubjetivo de los habitantes de Motozíntla, que es
necesario hacer un esfuerzo para su conservación o para crear un registro de ese
legado a punto de desaparecer, pero que seguirá siendo en el tiempo la identidad
de los Motozintlecos.
Referencias Bibliográficas
Cruz Coutiño, Antonio (2010): Patrimonio ideológico e
identidad cultural” en Pincemin Deliveros, Sophia y otros (editores): Estudios regionales en el siglo XXI.
Identidad, cultura y educación. Tuxtla Gutiérrez: CA Estudios
Mesoamericanos, UNACH. pp. 39-48.
BERGER, P. L. y
LUCKMAN, T. (1988): La construcción social de la realidad. Buenos Aires,
Amorrortu.
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